Un zapato presumía
ante una vieja alpargata:
yo siempre salgo a la calle
tú siempre en casa y en bata.
Voy de fiestas y banquetes
todo el mundo me desea,
con tacón o sin tacón
por la calle me pasean.
Pero al llegar a la casa
dice ufana la alpargata,
todo el mundo te rechaza,
y alegres en mí descansan.
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